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Reflexiones Cátedras

La cooperación, una herramienta estratégica para el desarrollo

Guillermo Oliveri, Secretario de Culto. Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina, dijo que el desafío es incrementar el intercambio educativo y cultural entre profesionales, estudiantes, pensadores y hombres de la cultura en general. Esta es su ponencia:

La cooperación entre naciones constituye una herramienta estratégica para el desarrollo, ya que no sólo permite la transferencia de conocimientos y su multiplicación, sino que también facilita la integración de los países en el contexto mundial.
Cooperar es compartir esfuerzos para la realización de un proyecto de desarrollo integral en común. En el caso de España y Argentina, se sustenta en una raíz histérico-cultural y religiosa afín.

Desde nuestra visión, el desarrollo humano conforma un eje central tanto para la consolidación del crecimiento económico, como para la generación de condiciones propicias para una distribución equitativa de los recursos, para el cuidado del medio ambiente y la sustentabilidad del hábitat en general.
En el ámbito del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Argentina se trabaja intensamente para captar mayores y mejores recursos técnicos del ámbito internacional, orientándolos a la consecución del desarrollo humano sostenible del país.

Se trata de una política pública que sigue los lineamientos establecidos en la propia Constitución Nacional. La Carta Magna de la Argentina hace especial referencia al desarrollo humano, instando a que la legislación y las acciones de gobierno y de la ciudadanía toda se orienten a su defensa y promoción.
Todos los esfuerzos que en tal sentido realiza el gobierno argentino son acompañados por los países cooperantes, siendo España un ejemplo privilegiado en este camino, a través de un nutrido programa de asistencias técnicas y de concesión de microcréditos, entre otros relevantes proyectos de cooperación bilateral ejecutados en la Argentina.

Esta realidad se traduce en una quincena de proyectos que buscan desarrollar áreas prioritarias de nuestra economía: pequeñas y medianas empresas; recursos hídricos; salud; energía; turismo; conservación del patrimonio cultural; desarrollo local; exportación; capacitación en administración del desarrollo.
Por sus implicancias sociales, quisiera referirme en particular a los proyectos a ser ejecutados con fondos de ayuda española en el campo de la salud: en la provincia de Jujuy, en el norte argentino, la empresa española Obrascón Huarte Laín ha asumido la tarea de remodelar, ampliar y equipar el Hospital de Niños Héctor Quintana. En la provincia de Tucumán, una línea de financiamiento ofrecida por el gobierno español atiende la emergencia sanitaria. La empresa constructora española San José se ocupará de la puesta en marcha del Nuevo Hospital Guillermo Rawson, en la provincia de San Juan.

En otros vastos campos de la vida social se proyecta la contribución de España en la Argentina: El Programa de asistencias técnicas es uno de los capítulos más dinámicos y de mayor alcance institucional, habiéndose duplicado el presupuesto asignado a este rubro en el año 2006. Para 2007, se prevé la continuación de esta línea de financiamiento que permite a diversas instituciones argentinas contar con el asesoramiento de expertos españoles a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI).
Asimismo, en 2006 fue aprobado por la AECI un proyecto con el PNUD para la Implementación y Apoyo al Foro Permanente Hispano Argentino de Cooperación, que permitirá incrementar las actividades de asistencia técnica y capacitación en las áreas de fortalecimiento institucional, justicia, derechos humanos y género durante el año 2007.

Gracias al Memorando de Entendimiento firmado en 2006 entre la Cancillería Argentina y el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, se financiará conjuntamente el Proyecto Araucaria XXI, a los fines de conservar en la provincia de Misiones la biodiversidad, los recursos renovables y el patrimonio natural y cultural en su conjunto.
Es necesario destacar que la participación de la sociedad civil es un engranaje insoslayable para el éxito de los programas de cooperación. En el proyecto "Los Molinos", se apunta al fortalecimiento de entidades locales del Mercosur, a través del trabajo en red y de un proceso formativo en el que se establecerán las bases para el acceso a la cooperación internacional, los canales de comunicación y la transferencia de experiencias entre estas entidades y organizaciones de Europa.

Para no abundar en ejemplos, me gustaría completar la información con la concesión del préstamo que España autorizó en 2004 para la creación de un Fondo de Capital Social, destinado al otorgamiento de microcréditos. El circuito que las pequeñas y medianas empresas ponen en marcha tiene un efecto multiplicador en la economía social, debido a que son demandantes de fuerzas de trabajo.
Si bien los logros en el plano de la cooperación son evidentes, debemos tener una mirada de largo alcance. Desde ese punto de vista, es imprescindible redoblar los esfuerzos y profundizar el camino emprendido, extendiendo los campos a los que se pueden implementar políticas de cooperación entre Argentina y España. El desafío es entonces, incrementar el intercambio educativo y cultural entre profesionales, estudiantes, pensadores y hombres de la cultura en general.

Por otro lado, es sustancial intensificar las instancias de divulgación de los programas de cooperación, fundamentalmente aquellos que apuntan a la participación de la ciudadanía, a los fines de garantizar una plena igualdad de oportunidades. En ese sendero, resulta auspiciosa la multiplicación de simposios como el que nos convocó (organizado por el Foro Ecuménico Social y la Universidad de Salamanca), así como la realización de foros y otros encuentros que democraticen todos los espacios informativos en la materia.
La experiencia que venimos recorriendo juntos, Argentina y España, pone de manifiesto que los planes de cooperación no responden a iniciativas aisladas y discontinuas, sino a acciones perdurables con alto impacto social. En ese sentido, lejos de inscribirse en una matriz filantrópica, dan cuenta de una responsabilidad social e institucional de las partes involucradas.

La responsabilidad social constituye el marco desde el cual se debe pensar toda política de cooperación. No se trata de implementar programas de ayuda de corto plazo con impactos limitados, sino emprender acciones coordinadas que generen valor agregado.

Por otro lado, la cooperación, además de estrechar vínculos entre nuestros gobiernos y nuestros pueblos, tiene como objetivo principal ampliar derechos y reducir desigualdades en el seno de nuestras sociedades.
Debemos mancomunar esfuerzos para que la cooperación internacional ocupe un lugar privilegiado en la agenda pública. Estamos frente a un instrumento de gestión que posibilita simultáneamente el incremento del capital social y la reproducción de los lazos institucionales entre nuestros países desde parámetros solidarios.

Para finalizar, quisiera recordar que la secuencia histórica que ha mostrado a una Argentina solidaria cuando España vivió situaciones difíciles, refleja en los últimos tiempos a una España comprometida con la superación de la crisis Argentina. La afinidad cultural que nos hermana tiene su correlato hoy en un vínculo muy estrecho entre los gobiernos de España y la Argentina. Es un momento más que propicio entonces para acrecentar los lazos de cooperación que nos ayuden a construir sociedades más justas y dignas.