Analizaron los desafíos que plantean las nuevas tecnologías.
En las conclusiones, enviadas al Papa Francisco, se señaló que “nos enfrentamos en este tiempo a uno de los cambios más grandes de la historia de la Humanidad: la globalización en un mundo digital”, y que “la 4ª Revolución Industrial está aportando nuevas tecnologías que pueden ayudarnos en el proceso productivo y que, por ahora, no conocen límites y se implantan con celeridad sin tener en cuenta la eventual pérdida de puestos de trabajo”.
Se propuso que la educación sea uno de los principales objetivos estratégicos en un mundo digital. “Las universidades están llamadas a ser laboratorios de diálogo y de encuentro al servicio de la verdad, de la justicia y de la defensa de la dignidad humana”, acotaron.
El seminario lo oganizó el Foro Ecuménico Social el 22 de mayo, junto con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, en un salón de ese organismo en Piazza di San Calisto. En el encuentro, que impulsó el economista Stefano Zamagni (profesor de la Universidad de Bolonia, asesor de los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco), participó el Cardenal Peter Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
Intervinieron directivos de empresas y académicos de Argentina, Chile, Méjico, Italia y España. Zamagni expuso.
Las conclusiones fueron enviadas al Papa Francisco y luego algunos participantes asistieron a una audiencia privada en la que pudieron saludar al Papa Francisco.
Participaron en ese encuentro Flaminia Giovanelli (Subsecretaria de ese Dicasterio), el P. Augusto Zampini (teólogo de ese Dicasterio), P. Carlos Javier Díaz Vega (Director de América del Consejo Pontificio de la Cultura), P. Francesco Ballarini (presidente del Foro Ecuménico Social), Hna Theresa Varela (vicepresidenta de ese Foro y presidenta de la Fundación Misión Esperanza), los profesores Leonardo Becchetti (Università di Roma Tor Vergata), Simona Beretta y Don Renzo Beghini (Università Cattolica del Sacro Cuore), Angel Losada (Universidad Pontifica de Salamanca), Hugo Miguel (Subsecretario de Planeamiento del Ministerio de Modernización de la Argentina), Gonzalo Verdomar Weiss (BBVA Francés), Rolando Medeiros (CEO de Electmetal y presidente de Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresas, UNIAPAC), Domingo Sugranyes (presidente de la Fundación Centesimus Annus, ex presidente de UNIAPAC), Luis Bameule (presidente de Agritur San Luis y ex titular de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas), Mario Callafell Loza (Pan American Energy), Juan José Almagro (Consejero de Mapfre y profesor de varias universidades), Pier Luigi Dal Pino (director de Microsoft), Adolfo Sánchez Zinny (Bolland), Andrés Chacón (Asociación de Municipalidades de Chile), Toni Amoretti (Istituto Biostrutturale Italia), Cristian Varela (Programa Amartya Sen. Universidad Nacional de La Plata. Movimiento de los Focolares) y Fernando Flores Maio (director del Foro Ecuménico Social) y Gabriela Flores (Foro Ecuménico Social). Javier González Fraga (presidente del Banco de la Nación Argentina) envió una ponencia pero no pudo participar.
Estuvo presente el embajador argentino en la Santa Sede, Rogelio Pfirter.
Al día siguiente la mayoría de ellos dialogaron en otro encuentro que organizó el Foro en el Consejo Pontificio de la Cultura, en el Vaticano, con la participación de su presidente, Cardenal Gianfranco Ravasi, el secretario, Mons. Paul Tighe, y el director de América, P. Carlos Javier Díaz Vega. En esa reunión reflexionaron, desde el ángulo de la ciencia y la filosofía, sobre las implicancias de la inteligencia artificial.
El Foro continuará analizando esos temas en los próximos seminarios, que se harán en la Argentina y en España, junto con las Universidades Rey Juan Carlos y Pontificia Comillas, de Madrid, y la Universidad Pontificia de Salamanca. El 7 de mayo hizo un debate al respecto en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
El Foro desde 2014 está llevando adelante la iniciativa vaticana Atrio de los Gentiles en la Argentina y en España, de la cual hay información hay: www.atriodelosgentiles.com.ar Desde sus comienzos ha ido creando espacios de diálogo y de convivencia, que continuaron en el marco de la iniciativa vaticana Atrio de los Gentiles en la Argentina y España entre 2013 y 2017. En su mensaje con motivo de estos eventos el Papa Francisco pidió que sirvan “como acicate para que el bien común, el mutuo entendimiento y la efectiva cooperación puedan ser cada vez más el sólido fundamento de nuestra sociedad”.
Conclusiones
Primera.- Nos enfrentamos en este tiempo a uno de los cambios más grandes de la historia de la Humanidad: la globalización en un mundo digital. Vivimos un período extraordinario de la historia, un cambio de época y un proceso repleto de interrogantes y de incertidumbres, enfrentados a convulsiones azarosas frente a las que los humanos nos encontramos desprotegidos y a la intemperie. Convivimos con problemas que debemos aprender a solucionar y atesoramos una creciente desconfianza en las instituciones, los gobiernos, las empresas y los medios de comunicación.
Segunda.- La llamada 4ª Revolución Industrial, que nace con el siglo XXI y hunde sus raíces en los últimos decenios del pasado, está imponiendo “tecnologías convergentes” que nos deben hacer olvidar las viejas ideas de la organización “taylorista” del trabajo y conducirnos -lejos de las actuales jerarquías- a la implantación de nuevos modelos de correlación que nos ayudan a encontrar liderazgos compartidos y solidarios frente a los excluyentes liderazgos solitarios y obsoletos.
Tercera.- La IV Revolución Industrial está aportando nuevas tecnologías que pueden ayudarnos en el proceso productivo y que, por ahora, no conocen límites y se implantan con celeridad sin tener en cuenta la eventual pérdida de puestos de trabajo. Olvidamos que, antes que un derecho, el trabajo es una necesidad de las personas que debe tener sentido porque el trabajo deja de ser humano cuando no existe autorrealización.
Cuarta.- Hasta hace poco tiempo el capitalismo y la democracia se consideraban dos caras de una misma moneda. Hoy no es así, y no lo será tampoco en el futuro. La 4ª Revolución Industrial, que nace con el libre mercado, debe tener como base a la Ética y ser capaz de integrar en su seno a la democracia como un valor permanente, y no como un medio, favoreciendo que las organizaciones sean sociales y no solo sociables, y contribuyendo a que los humanos, aun estando “conectados” a las redes, aprendan a relacionarse, conocerse, informarse y, sobre todo, a dialogar. La democracia no puede ceder terreno al populismo ni entregarse, por la proliferación de “fake news”, a un peligro cada vez más permanente: la desintegración del argumento y del debate racional.
Quinta.- Frente a la Ética Pública, el gran desafío de la IV Revolución Industrial debería aportar la confianza suficiente para que los mercados puedan funcionar, pero la confianza es un bien relacional que las máquinas no pueden crear y, precisamente por eso, frente al transhumanismo, deberíamos profundizar en el Neohumanismo que nos demandan la nueva doctrina social de la Iglesia y, como un horizonte común, los Objetivos del Desarrollo Sostenible.
Sexta.- El gran desafío también nos lleva de la bioética a la tecnoética pasando por la Inteligencia Artificial, y deberíamos ser concientes de que actualmente hay estructuras que producen el mal aunque las personas que trabajan en esas estructuras no tengan culpa. Pero no debemos caer en el moralismo. Hay que trabajar para cambiar las estructuras y ser concientes de que cada uno de nosotros puede hacer mucho, especialmente si no se queda solo y abriga la cooperación solidaria. La lectura de las consideraciones “Oeconomicae et pecuniariae quaestiones” pueden servirnos de base para luchar contra la desigualdad y promover el comportamiento ético dentro del actual sistema económico y financiero, y profundizar en el mensaje de que, como ha dicho el Papa Francisco, hay que acabar con la doble moralidad.
Séptima.- La solución a estos desafíos está en la sabiduría y en las Universidades, en el saber y en el conocimiento. Es decir, en la Educación, que debería ser uno de los principales objetivos estratégicos en un mundo digital. Solo desde la cultura y el conocimiento los humanos nos hacemos más sabios, más libres, más justos y mejores ciudadanos. Liderar la 4ª Revolución Industrial es también aprender que las empresas e instituciones y, como ha escrito el Papa Francisco, “las universidades, por su naturaleza, están llamadas a ser laboratorios de diálogo y de encuentro al servicio de la Verdad, de la Justicia y de la defensa de la dignidad humana a todos los niveles”.